miércoles, diciembre 12, 2007

SUEÑO DE LAS TRES ESTATUAS SUCESIVAS





..."Soñé que me encontraba caminando. No era el espacio abierto del aire libre, pero tampoco el interior de alguna construcción, ni una cueva: a veces algo parecía cubrirme, como un techo.

Adelante, ví una estatua. Era gigantesca, y estaba situada en un claro del bosque..."

* "¿Del bosque?"

..."sí, como si hubiese cruzado el umbral vegetal de un bosque y viese una plaza. En el centro estaba aquello. Estaba hecha de algo que parecía madera, y era maciza y redonda, masiva. Poco a poco comprendí sus formas: era un coloso, un hombre hipertrofiado, encerrado sobre sí mismo como un insecto acorazado"
*"¿Parecía amenazador?
..."en absoluto, era como si estuviese solo consigo mismo. En-sí-mismado, así es como estaba.
*¿"Qué hizo usted?"
...Me quedé mirando aquello. Transmitía, no sé cómo decirlo, tensión pero también calma. y un sufrimiento interminable. Después, me acerqué hacia ello. Y, asombrosamente, como si estuviese regido por una perspectiva contraria, aquello fué disminuyendo según me acercaba, hasta que llegué a su vera y pude tomarlo en mi mano. Era sólido y cálido, y hermoso, y conmovedor, y cómico... y se parecía a mí... en cierta forma. Lo dejé en aquel mismo sitio y continué vagando, más atento que antes a los objetos de aquel universo.
...atravesé un pantano y en la orilla descubrí, creciendo como si fuesen juncos, pequeños objetos negros y dorados. Me acerqué a uno de ellos y ví que era una imagen como de un Buda. Lo tomé en mi mano y, simultáneamente, todos los demás objetos se sumieron en el terreno y desaparecieron.
...En mi mano era ligero, y despedía un olor...fragante. tenía una fina lámina adherida, de esas que llaman "pan de oro". Y la cara de la figurita era encantadora. no era Buda, sino un niño, un jovencito, enregado a la oración, con una sonrisa encantadora. Y estaba arrodillado en medio de una flor de loto. Y...
* "¿Se le parecía a usted este también?"
..."no sabría decirlo, no. Era... inocente, puro, sin estropear... ¿Puede decirse que yo sea así?"
*"Usted sabrá"
..."dejémoslo.
Lo último que encontré en aquel caminar... Markandeya..
*"¿Cómo?"
..."Markandeya aparece en el Mahabharata, es un viejísimo asceta que, roto por la fatiga de su vagar por este mundo, recibe el don de un dios de caer dentro de su boca, donde encuentra mundos frescos y livianos por los que se demora 100 años encantadores de descanso y reconfort; lo digo porque también él andaba por algo que era y no era el exterior y tenía y no tenía techo... Pero lo último que hallé parecía hecho de bronce, y era una pieza única, terriblemente pesada, que representaba un hombre vestido con el delantal de cuero crudo de los herreros, fuerte, nervudo, decidido. Alzaba el mazo para golpear sobre el yunque, y él, el mazo, el delantal, el yunque, la tierra misma parecían ser la misma cosa, y volar y resonar y temblar en el acto del hacer.
Estaba fabricando mundo
y ese desempeño le conformaba a él".
*" y ¿se parecía a usted?" Permítame que yo mismo conteste a mi pregunta: le diré lo que Picasso a aquella dama que no se reconocía en el retrato que él le había hecho: "Deje que pasen diez años y verá como sí que se parece..."



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