miércoles, agosto 27, 2008

Nuestra Señora de los Sueños (prefacio a La Tanda)

Hay en Venecia tres lugares mágicos y ocultos: uno en la Calle del Amor degli Amici. El segundo, cerca de la Fuente de las Maravillas, y el tercero, en la Calle degli Marrani, en San Geremía, en el ghetto. Cuando los venecianos se cansan de las autoridades oficiales, se refugian en estos res lugares secretos y abriendo las puertas que hay al fondo de esos patios se marchan para siempre a tierras bellísimas y a otras historias. Lo sé gracias al narrador que cierra con esta frase

( “Ci sono a Venezia tre luoghi magici e nascosti. Uno al Calle dell'amor degli Amici, un secondo vicino al Ponte delle Meraviglie, il terzo in Calle dei Marrani nei pressi di San Geremia in Ghetto Vecchio. Quando i veneziani sono stanchi delle autorità costituite, vanno in questi tre luoghi segreti e, aprendo le porte che stanno nel fondo di quelle "Corti" se ne vanno per sempre in luoghi bellissimi e in altre storie...") el álbum “Fábula de Venecia”, esa preciosa aventura de Corto Maltese.

Hoy, reordenando libros, me he encontrado con unas fotocopias, amorosamente grapadas, tituladas “Nuestra Señora de los Sueños”. Alguien que me quería me las regaló antes de 1986. Reproducen un cuento muy cortito, que fue escrito por alguien que, en ese álbum, aparece como personaje . Se llamaba Frederick Rolfe, y se autonombraba “ Barón Corvo”.
…(aquí, ahora, sigue una exposición acerca de este personaje; pero me niego a concedérmela, porque a lo más que podría llegar sería a malcopiar textos ajenos- y más concretamente la obra “En busca del Barón Corvo”, de A.J.A. Symons- así que dejo la palabra a un colega bloggero a quien he tenido el gusto de conocer rebuscando acerca del Barón. Ahí va el enlace, muy personal en el trato del material original: pal que lo quiera.) http://kurupi.blogspot.com/2007/03/mal-dito-paranoico.html

El Barón, que es el protagonista constante de sus propios cuentos, “no podía conciliar el sueño”. Lo intenta todo, sin resultados. Trata de leer “el De Ecclesia, del Cardenal Franzelin”; ni por esas. Monta” el carro de la Voluntad y empuñando las riendas con resolución, destruyó a sus enemigos”, que eran las imágenes y las ideas, dulces y absurdas, que se sucedían en su mente
sin control. Pero, al vencer y caer dormido, se despierta sobresaltado y todo recomienza.

Así que, finalmente, se rinde y sale a pasear a la fresca noche.
Totó aparece a su lado. Totó es un joven, un efebo, inocente y picante, libre y sumiso, lo más bello y deseable que hay en el mundo: a Corvo, le encanta su compañía. Junto a él explora la laguna y encuentra los más escondidos rincones donde sentarse a merendar y beber;
a Totó se le ven entonces los paganos cuernecillos que le hacen sátiro, y Rolfe se envuelve
en la manta de excursión hasta componer con ella la toga púrpura con la que siempre sueña,
toda vez que su ambición en vida es ser… cardenal de la Iglesia Católica.
...En fin.

“No me duermo” “¿Habeis rezado?” “¡Cuatro veces los misterios del rosario –contestó indignado-¡”

Voy a abandonar la cita literal. Las que siguen son mis palabras resumiendo el cuento.

“Pero, ¿os habeis dirigido a Nuestra Señora de los Sueños?” “No veo el porqué…” “ Pues bien, sabed señor que…
…que Nuestra Señora de los Sueños –dijo, señalando a la luna llena flotante- es la encarnación de la Madonnina que alivia a los devotos en el dormir; y en el dormir que ella concede hay encantadores ángeles que os traerán sueños donde aprenderéis los santos y buenos misterios que tanto bien os harán a la salud del alma….
“¿La luna es la Madonnina?”
“¡No, no! La noche inmensa es Nuestra Señora . La luna es la hostia que ella lleva siempre en sus manos, con la que derrama sobre el mundo eternas bendiciones!”
“Y, ¿atiende a quien le implora?” “¡Claro que atiende! Atiende y envía a sus ángeles a que susurren al oído del suplicante cuanto precise para su bien; y esas palabras angélicas, el soñador las ve como imágenes
“Pero, ¿ y los malos sueños, los perversos y diabólicos? “Esos, no vienen de Nuestra Señora de los Sueños, sino de La Otra, y no conozco su nombre, pero indudablemente es un espíritu del diablo, que no me interesa y de la que no voy a hablar.
“¿conoces alguna historia…”
“¡Claro que sí. ¿Os parece bien que os cuente la del Fratre Innocente de los Nueve Coros?...”

Y el Barón hace que Totó nos cuente su historia, que es aleccionadora, pía, fervorosa, policial, inteligente y narcisista, como todo lo suyo.



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