sábado, septiembre 06, 2008

La Tanda: Epílogo y Fin.


*.- Así que, ¿vamos pudiendo dar por terminado este bloque de textos?
+.- Sí.

*.- ¿tiene algo que añadir?
+.- ...nnnoo.... y síii... pero, vamos, lo cierto es que ya quiero pasar página.

*.- No ha estado del todo mal... ¿le queda a usted alguna sensación en particular ahora que todo se acaba?

+.- Pues, sí; tengo como una excitación en el órgano de pensar que no me es penosa. Algo ha quedado sepultado entre tanto jaleo, algo que todavía no forma palabras, pero que me huele a renovación. A ver qué dice el tiempo... Porque, sabe, sigo soñando largos rechos cada noche, y antesdeayer, por ejemplo, mi sueño arancaba esperando en una pescadería un turno que mis vecinos de cola se saltaban sistemáticamente.terminaba en que me paseaba hacia una ensenada marina, un lugar del que ya me habían hablado. La tarde estaba plomiza, pesada, gris; una pendiente de hierba me daba apoyo. Ante mí, el mar hacía un suave entrante y formaba una bahía; nada muy especial. Entonces cambiaba el viento, y el mar dejaba ver sus corrientes, y un impulso llenaba la bahía de aguas de alta mar, y de pronto aquello se poblaba de peces, pero ¡qué peces! Bellos. Preciosos. Tranquilos. Enormes, coloreados: un regalo para la vista. Y para más que la vista, porque suavemente el viento apenas fresco, el movimiento de la corriente, la luz de la tarde y la llegada de los peces se sumaban en forma de una sensación para la que he encontrado la palabra justa: deleite.
¿Cómo pudo sobrevenirme ese deleite que en mi actual vida vigil lleva ausente tanto tiempo?. ¿Porqué ahora? No creo tener ahora mismo un cebo accesible mediante el que convocar esa sensación. Pero ahí estaba, tan sencillamente, el mejor regalo servido al final de un sueño.
"Según Jung, los sueños ejercen un efecto saludable aún cuando no se los interprete", se me dice en un libro que pronto comentaré. Difícil no estar de acuerdo.. Y...


*.- Lo que sigue, en otro artículo.
+.- De acuerdo; adiós y gracias por visitarme. Y una curiosidad final: me ha llamado en dos ocasiones "mi paredro". ¿¿¿???

*.- Busque por ahí. Hasta otra. Y gracias por estar.

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