sábado, noviembre 15, 2008

Rumí franquea las puertas

Masnavi, IV, 3628

Alguien que ha vivido muchos años en una ciudad, apenas se va a dormir
contempla otra, donde habitan el bien y el mal,
y su propia ciudad se evapora de su mente.

Entonces no se dice a sí mismo:
“Es una nueva ciudad, soy extranjero aquí”.
¡No!, cree que ha vivido siempre en ella y que nació y creció ahí.

¿De qué maravilarse entonces, si el alma no recuerda su original morada
por hallarse envuelta en el sueño general del mundo,
como una estrella cubierta de nubes?.


Esto es así; particularmente, si se tiene en cuenta
que ella, el alma, ha deambulado por innumerables ciudades;
y que el polvo que oscurece su visión, todavía no se ha ido del todo.


Carlos Dubner: Un poeta místico de Persia. Edit ADIAX, Buenos Aires.1980. (ligeramente retocado)

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