martes, mayo 12, 2009

"Era un niño que soñaba / un caballo de cartón"

¡Anteanoche soñé que encontraba fósiles!

Pasaba yo, finalizando un episodio onírico, ante el portón entreabierto de un garaje mecánico donde parecía que arreglasen tractores, cosas grandes, que no requerían de ningun cuidado estético. Oscuridad, sonido de eco y de golpes metálicos, dos personas manejando una pieza informe y grande... El suelo no era liso, en absoluto: estaba hecho de grandes piedras iregulares, amontonadas sin arte ni propósito, porque dejaban entre las unas y las otras fisuras y agujeros de más de medio metro de hondura...
Al pasar, la vista se me queda prendida en una gran piedra, como un huso, encajada verticalmente entre otras dos. Me vuelvo y la miro: es lisa, color avellana, y tiene un inequívovo aire a... amonites!.
Sin mediar palabra, la tomo, la alzo, la miro. Es, definitivamente, un gran amonites: casi tiene 40 cmts de diámetro. Es esbelto y fino. No se le ven líneas de sutura. es una pieza preciosa. Y el hueco que ha dejado en el lugar que ocupaba deja ver otra pieza todavía mayor : distinta, con grandes costillas en las espiras, y cortadacomo una naranja: los septos están rellenos de sedimentos cristalizados de colores diferentes. Es más grande, unos 60 cmts, pero con todo no me impacta como el primero.
¿"Qué es eso?", me preguntan "Un fósil", digo sacándolo a la luz para que lo vean. Y entonces , al darle la luz, advierto que la superficie preserva viejas líneas de desgaste inequívocamente artificiales; líneas que trazan un inesperado dibujo, un patrón geométrico. "vaya, me digo, "en algún momento, miles de años atrás, esta misma piedra lamó tanto la atención a un antepasado que la guardó para sí y la escogió para trazar sobre ella algo".
Pero este segundo descubrimiento me da una sutil sensación de exceso. "Excesivo", pienso, "que encuentre en un garaje tamaña preciosidad paleontológica es una sorpresa maravillosa; que ya sea además un resto arqueológico, es demasiado. ¿Para qué tanto?" Y me sonrío y me despierto.
No veo trazas de la previsible maravilla en el devenir de mis días.
¿Qué pinta este sueño aquí, a tres días de contar que suelo soñar con fósiles?
¿Será aquello del Aleph, de que ví en sueños... un falso Aleph?

No hay comentarios: